quinta-feira, 20 de novembro de 2008
quarta-feira, 3 de setembro de 2008
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terça-feira, 2 de setembro de 2008
Sanfona nua e crua
"Ponta Porã, berço adorado onde me criei
Te ofereço esta polca sentida
Tu foste um pedaço de minha vida
E eu de ti jamais me esquecerei"
Te ofereço esta polca sentida
Tu foste um pedaço de minha vida
E eu de ti jamais me esquecerei"
Marcadores: Dino Rocha Para Ti Ponta Porã
terça-feira, 22 de julho de 2008
El arte explota en el Chaco
La Bienal de Escultura 2008 arrancó en el Domo
A las 8.30 de este sábado se realizó el izamiento de banderas con el acompañamiento de la Banda de la Policía del Chaco y la presencia de diez escultores del mundo en competición y un invitado
La madera de quebracho colorado es protagonista de este concurso y estará dispuesta en cada box junto a las cajas de herramientas de cada escultor. La técnica y el talento arremeterán sobre la tosca materia para convertirla en obra de arte. El tema que inspirará a los hacedores son “Los diez mandamientos”.
Trabajan bajo el cielo chaqueño los escultores Stefan Ester de Alemania; Juan Pezzani de Argentina; Cicero D'Avila de Brasil; Liliya Pobornikova de Bulgaria; Domenico Antonio Di Guglielmo de Canadá; Ali Honarvar de Irán; Toru Saito de Japón; Pool Guillén Bezada de Perú; Pawel Chlebek de Polonia y Vladan Martinovic de Serbia.Escultor invitado: Alexander Eremin de RusiaEl jurado estará compuesto por: Renzo Gallo de Italia; Yvonne Domenge de México y Cristian Salineros de Chile.Otros trabajos y actividades.También comienza hoy el Encuentro de Pueblos Originarios “El canto de los pájaros”. Integrantes de la comunidad toba realizarán tres obras de grandes dimensiones construidas con materia natural autóctona. Trabajarán del 19 al 25 y de 9 a 18, Santa Oliva, Diego Castro, José Zalina, Marcelo López, Samuel Ramírez, Oscar Gómez, Alicia Leiva, Isabel Morón, Silvia Quiroga, Sara Patricio, Delia Fernández y Crispín Gómez. Los hacedores tobas estarán coordinados por el escultor Victor Riccardone.En otro espacio, podrá verse la ejecución de la escultura móvil interactiva “Pájaro de volar”, a cargo del escultor rosarino Mauro Musante; así como la ejecución de la escultura “La memoria de los tiempos”, del escultor de Juan José Castelli, Daniel Ventura, que arremeterá un tronco de palo santo de 4 metros. La rutina de trabajo escultórico se extenderá hasta las 19 del sábado.
terça-feira, 25 de setembro de 2007
Día del Chamamé Homenaje a Don Tránsito
Al cumplirse 33 años del fallecimiento de Tránsito Cocomarola, se conmemoró del Día del Chamamé, al pie del Monumento al Taita.
Oficios religiosos, cuadros alegóricos, más música y danza forman parte del menú del encuentro que contó con el apoyo de la Dirección General Técnica de la Subsecretaría de Cultura.
Mario del Tránsito Cocomarola, reconocido y fundamental creador e intérprete del “Chamamé” -junto a Ernesto Montiel, Isaco Abitbol, y Tarragó Ros-, autor de Kilómetro 11, uno de los himnos del género y de más de 200 obras registradas en SADAIC, y hacedor de innumerables éxitos, dejó grabados 124 títulos en la compañía Odeón y alrededor de 250 en el sello Philips.
El “Taita del Chamamé”, había partido el 19 de septiembre de 1974, desde 1975 y tras la sanción de la Ley 3278 se instituyó a la fecha, Día del Chamamé.
La familia del músico, a través de la Fundación Cocomarola , organiza anualmente los actos de conmemoración. Una misa oficiada por el padre Pedro de la Iglesia Nazareno , coloridos cuadros alegóricos de una misa correntina con telón musical ejecutado en vivo por la orquesta y coro de la fundación, abre el encuentro.
El desfile artístico llegó luego con música, danza, donde sobresalen la Academia de Danzas “Cuna del Taita” de San Cosme, la presentación de Alfredo Monzón y Gabriel Cocomarola quien durante la misma jornada presentó su primer álbum “El legado del Taita”, en el Auditorio de SADAIC.
Una nutrida concurrencia de público desde muy temprano pobló las inmediaciones de Artigas e Irigoyen el la Plazoleta Cocomarola. Ofrendas florales preanunciaban las evocaciones posteriores. Para el tradicional festival artístico, se dispuso sobre la Av Artigas el escenario móvil de la Subsecretaría de Cultura de la Provincia quien brindó el soporte de la Dirección General Técnica del organismo para el desarrollo del emblemático encuentro de cada 19 de septiembre en la capital Correntina.
El titular del organismo de Cultura, Norberto Lischinsky junto al Director de Artes Escénicas y de la Música , Eduardo Sivori y los equipos de la Dirección General Técnica y de la Unidad de Prensa, participaron de los actos conmemorativos organizados por la familia Cocomarola.
quinta-feira, 13 de setembro de 2007
11 de Septiembre
Día del Maestro
Enseñarás a volar,
pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar,
pero no soñarán tu sueño.
Enseñarás a vivir,
pero no vivirán tu vida.
Enseñarás a cantar,
Enseñarás a cantar,
pero no cantarán tu canción.
Enseñarás a pensar,
pero no pensarán como tú.
Pero sabrás que cada vez
que ellos vuelen, sueñen,
vivan canten y piensen
perdurará siempre la huella
del camino enseñado y aprendido.
Madre Teresa de Calcuta
segunda-feira, 10 de setembro de 2007
Atenção chamigos!
O CHAMAME.COM.BR ficará fora do ar por alguns instantes. Iremos alterar o sistema de publicações e mudar para um novo servidor. Até breve!
¡¡¡JALLALLA KULLAKA BARTOLINA SISA!!!
NUESTRO HOMENAJE A LA COMANDANTE BARTOLINA SISA, INSOBORNABLE JEFA INDIGENA AYMARA
Hoy su ejemplo de lucha infatigable e irrenunciable queda por siempre grabado en el corazón de cada habitante del mundo indígena andino en particular e “inmortalizado para la perpétua memoria” del mundo indígena en general.
De la fecha de su nacimiento aún no esclarecida existen dos versiones: la primera afirma que fue el 24 de Agosto de 1753 en la comunidad de Sullkawi del Ayllu del mismo nombre, y la otra menciona el 12 de Agosto de 1750 en la comunidad de Q’ara Qhatu, situada en la actual provincia Loayza del departamento de La Paz, Bolivia. Sus padres José Sisa y Josefa Vargas la vieron nacer en la época de la más sañuda e inmisericorde opresión y despojo colonialista española contra los indígenas de los Andes.
Desde muy jóven, Bartolina junto a sus progenitores, y luego de unos años ya con su esposo, el gran caudillo aymara Tupaj Katari (Julián Apaza), se dedicó al comercio de la hoja de coca y de tejidos nativos, desplazándose de este modo por innumerables lugares entre ayllus, poblados, comunidades y ciudades de la inmensa y árida altiplanicie andina y los valles yungueños del departamento de La Paz.
Esta febril actividad permitió a Bartolina Sisa liberarse de la condición de servidumbre y esclavitud a la que fue sometida su nación originaria por los colonialistas y señores feudales de orígen europeo. Observó con sabiduría el terrible sometimiento del que eran objeto sus hermana(o)s de raza, quienes no solo sufrían los vejámenes y ultrajes de los blancos europeos que fungían de autoridades, clérigos, militares, etc., sino también de los criollos y cholos mestizos serviles de los colonialistas.
Así, Bartolina Sisa fue tomando verdadera conciencia y asumiendo una profunda convicción por redimir a su pueblo de las cadenas de la opresión y luchar por la emancipación definitiva de las comunidades originarias andinas. En ese transcurrir, ya ambos, Bartolina Sisa y su esposo Tupaj Katari, tuvieron la ocasión de coincidir con los itinerarios libertarios del arriero José Gabriel Condorcanqui (Tupaj Amaru) y de los hermanos Dámaso y Tomás Katari de Chayanta, con quienes aunaron sus propósitos emancipatorios basados en una sólida convergencia de criterios, tácticas y estrategias de lucha.
De este modo decidieron elaborar un plan de acciones debidamente sistematizadas que puso en pie de guerra a más de 150 mil indígenas en toda la región más conflictiva del Perú, La Paz, Oruro, y los valles de Chayanta en Bolivia. El ejército de los Katari-Sisa que durante el inicio del Sitio de la Ciudad de La Paz (13 de marzo de 1781) contaba con 20 mil combatientes, en muy pocos días se convirtió en 40 mil, y al cabo de 5 meses alcanzaron a 80 mil.
Bartolina Sisa, siempre abanderada de la sagrada Wiphala, es considerada un fenómeno no solo por sus dotes de belleza natural, que la configuran como una mujer muy atractiva, morena, de facciones uniformes y seductoras, hermosos ojos negros, jóven e inteligente, sino también por sus características y talento innato que hacen a un comandante político-militar, por su visión, sentido de responsabilidad, disciplina, fortaleza, capacidad de tomar las decisiones más apropiadas en el momento oportuno y por la confianza y seguridad que inspiraba en sus huestes. Es así que al estallar la insurgencia Aymara-Quishwa de 1781, mientras su esposo era proclamado Virrey del Inca, ella era proclamada Virreyna, pero no porque haya sido la esposa de Tupaj Katari, sino por el mérito propio que adornada su personalidad.
Durante el Cerco (o Sitio) a la Paz por ejemplo, el nivel jerárquico de la jefatura fué compartido entre Tupaj Katari y Bartolina Sisa en igualdad de condiciones. Fue así que Bartolina fue ampliamente aceptada y reconocida por los niveles jefaturales inmediatos, medios, intermedios y superiores. Fue indudable el respeto, afecto y aprecio a las virtudes de indiscutible liderazgo que guardaban estos jefes guerreros indígenas.
El 29 de junio de 1781 el ejército de Tupaj Katari sufre un golpe muy duro por parte de los realistas provocando un inevitable desbande de sus fuerzas. En este mismo momento se produce una ruptura circunstancial del Cerco de La Paz acompañada de rumores en sentido de que la “sublevación” había sido derrotada, razon por la que las autoridades coloniales ofrecen el indulto a los rebeldes a condición de que éstos entregasen a sus “jefes cabecillas”, en una franca incitación a la más descarada traición.
Así, el 2 de julio cuando la Virreyna Bartolina Sisa, la jefa máxima del Cerco, en circunstancias en que ella se dirigía del campamento de El Alto al de Pampajasi, en el camino, es sorprendida por la actitud de sus propios acompañantes, quienes en un acto de cobarde traición y confabulación con los españoles la apresan e inmediatamente, tras una emboscada concertada, hacen entrega de Bartolina Sisa en condición de prisionera de guerra.
Al amanecer del 5 de septiembre de 1782, la heroica comandante guerrera aymara sufre la sentencia de los opresores que en su texto original copiado del castellano antiguo dice: “A Bartolina Sisa Muger del Ferós Julián Apaza o Tupa Catari, en pena ordinaria de Suplicio, y que sacada del Quartel ala Plaza mayor por su sircunferencia atada ala cola de un Caballo, con una soga de espatro al Cuello, y Plumas, y una Aspa afianzada sobre un Bastón de palo en la mano y a vós de pregonero que publique sea conducida ala Horca, y se ponga pendiente de ella hasta que naturalmente muera; y después se clave su caveza y manos en Picotas con el rótulo correspondiente, y se fijen para el público escarmiento en los lugares de Cruzpata, Alto de San Pedro, y Pampaxasi donde estaba acampada y Precidía sus juntas sediciosas; y fecho sucesivamente después de días se conduzca la caveza a los pueblos de Ayohayo, y Sapahagui de su Domicilio y origen en la Provincia de Sicasica, conla orden para que se queme después de tiempo, y se arrojen las senizas al aire, donde estime convenir”.
Y la sentencia se cumplió. La gran Bartolina Sisa, insobornable comandante en jefa de las fuerzas emancipatorias de las naciones originarias andinas, moría ahorcada no sin antes sufrir una horrenda tortura física y moral, flagelada, violada, azotada, arrastrada a puntapies en un inmenso charco de sangre. Posteriormente fue paseada desnuda montada en un burro, en la plaza colonial de La Paz, hoy “Plaza Murillo”. Desde entonces esta plaza quedó manchada en sus cuatro lados con la sangre de Bartolina Sisa, Gregoria Apaza y de muchos otros que ofrendaron sus vidas junto a ellas por la restitución de las libertades a las naciones originarias.
Ya muerta Bartolina Sisa, y no conforme con ello, sus verdugos descuartizaron su cuerpo y exhibieron su cabeza y sus extremidades en distintos lugares de los ayllus y caminos donde ella resistió con su lucha. Su cabeza fué clavada en la punta de una picota, “para escarmiento de los indios”, decían sus verdugos, y la situaron en Jayujayu-Marka, hoy provincia Aroma del departamento de La Paz. Sus extremidades fueron enviadas a Tinta-Marka, una comunidad situada en la actual república del Perú, donde también fueron exhibidas en sendas picotas.
Estos espeluznantes hechos de brutalidad, barbarie y salvajismo sin nombre, han dejado profundas huellas y cicatrices en nosotros, los hijos de las naciones originarias. Esas cicatrices marcadas por la heroicidad no solo de Bartolina Sisa, sino también de Micaela Bastidas, Gregoria Apaza, Kurusa Llawi, etc., son el genuino reflejo de la verdadera historia de los ayllus de la patria ancestral tawantinsuyana y del mundo indígena del Abya-Yala.
Ya han transcurrido 220 años, y el ejemplo de su lucha pervive hoy grabada en la memoria y corazón de sus hijos y su imagen tatuada en los majestuosos y sempiternos Andes se pasea en el el recuerdo de las milenarias naciones indígenas. Nosotros la recordamos con profundo dolor y tristeza pero no con el espíritu de los vencidos y sumisos, sino con los ánimos fortalecidos, con la frente altiva y con el corazón henchido de entusiasmo convencidos de que una reflexión mesurada, un día no muy lejano nos permitirá retomar el camino emancipatorio frente al actual sistema neoliberal de saqueo y usufructuo indiscriminado.
¡¡¡¡ VENCEDORES DURANTE MILENIOS !!!!
¡¡¡¡ JALLALLA KULLAKA BARTOLINA SISA !!!!
Nota del Autor: Agradecimientos especiales a los hermanos: Juyphi, Pedro Ricardo Tambo, y a los editores de la revista Wiñayqhana en la realización de este trabajo.
Hoy su ejemplo de lucha infatigable e irrenunciable queda por siempre grabado en el corazón de cada habitante del mundo indígena andino en particular e “inmortalizado para la perpétua memoria” del mundo indígena en general.
De la fecha de su nacimiento aún no esclarecida existen dos versiones: la primera afirma que fue el 24 de Agosto de 1753 en la comunidad de Sullkawi del Ayllu del mismo nombre, y la otra menciona el 12 de Agosto de 1750 en la comunidad de Q’ara Qhatu, situada en la actual provincia Loayza del departamento de La Paz, Bolivia. Sus padres José Sisa y Josefa Vargas la vieron nacer en la época de la más sañuda e inmisericorde opresión y despojo colonialista española contra los indígenas de los Andes.
Desde muy jóven, Bartolina junto a sus progenitores, y luego de unos años ya con su esposo, el gran caudillo aymara Tupaj Katari (Julián Apaza), se dedicó al comercio de la hoja de coca y de tejidos nativos, desplazándose de este modo por innumerables lugares entre ayllus, poblados, comunidades y ciudades de la inmensa y árida altiplanicie andina y los valles yungueños del departamento de La Paz.
Esta febril actividad permitió a Bartolina Sisa liberarse de la condición de servidumbre y esclavitud a la que fue sometida su nación originaria por los colonialistas y señores feudales de orígen europeo. Observó con sabiduría el terrible sometimiento del que eran objeto sus hermana(o)s de raza, quienes no solo sufrían los vejámenes y ultrajes de los blancos europeos que fungían de autoridades, clérigos, militares, etc., sino también de los criollos y cholos mestizos serviles de los colonialistas.
Así, Bartolina Sisa fue tomando verdadera conciencia y asumiendo una profunda convicción por redimir a su pueblo de las cadenas de la opresión y luchar por la emancipación definitiva de las comunidades originarias andinas. En ese transcurrir, ya ambos, Bartolina Sisa y su esposo Tupaj Katari, tuvieron la ocasión de coincidir con los itinerarios libertarios del arriero José Gabriel Condorcanqui (Tupaj Amaru) y de los hermanos Dámaso y Tomás Katari de Chayanta, con quienes aunaron sus propósitos emancipatorios basados en una sólida convergencia de criterios, tácticas y estrategias de lucha.
De este modo decidieron elaborar un plan de acciones debidamente sistematizadas que puso en pie de guerra a más de 150 mil indígenas en toda la región más conflictiva del Perú, La Paz, Oruro, y los valles de Chayanta en Bolivia. El ejército de los Katari-Sisa que durante el inicio del Sitio de la Ciudad de La Paz (13 de marzo de 1781) contaba con 20 mil combatientes, en muy pocos días se convirtió en 40 mil, y al cabo de 5 meses alcanzaron a 80 mil.
Bartolina Sisa, siempre abanderada de la sagrada Wiphala, es considerada un fenómeno no solo por sus dotes de belleza natural, que la configuran como una mujer muy atractiva, morena, de facciones uniformes y seductoras, hermosos ojos negros, jóven e inteligente, sino también por sus características y talento innato que hacen a un comandante político-militar, por su visión, sentido de responsabilidad, disciplina, fortaleza, capacidad de tomar las decisiones más apropiadas en el momento oportuno y por la confianza y seguridad que inspiraba en sus huestes. Es así que al estallar la insurgencia Aymara-Quishwa de 1781, mientras su esposo era proclamado Virrey del Inca, ella era proclamada Virreyna, pero no porque haya sido la esposa de Tupaj Katari, sino por el mérito propio que adornada su personalidad.
Durante el Cerco (o Sitio) a la Paz por ejemplo, el nivel jerárquico de la jefatura fué compartido entre Tupaj Katari y Bartolina Sisa en igualdad de condiciones. Fue así que Bartolina fue ampliamente aceptada y reconocida por los niveles jefaturales inmediatos, medios, intermedios y superiores. Fue indudable el respeto, afecto y aprecio a las virtudes de indiscutible liderazgo que guardaban estos jefes guerreros indígenas.
El 29 de junio de 1781 el ejército de Tupaj Katari sufre un golpe muy duro por parte de los realistas provocando un inevitable desbande de sus fuerzas. En este mismo momento se produce una ruptura circunstancial del Cerco de La Paz acompañada de rumores en sentido de que la “sublevación” había sido derrotada, razon por la que las autoridades coloniales ofrecen el indulto a los rebeldes a condición de que éstos entregasen a sus “jefes cabecillas”, en una franca incitación a la más descarada traición.
Así, el 2 de julio cuando la Virreyna Bartolina Sisa, la jefa máxima del Cerco, en circunstancias en que ella se dirigía del campamento de El Alto al de Pampajasi, en el camino, es sorprendida por la actitud de sus propios acompañantes, quienes en un acto de cobarde traición y confabulación con los españoles la apresan e inmediatamente, tras una emboscada concertada, hacen entrega de Bartolina Sisa en condición de prisionera de guerra.
Al amanecer del 5 de septiembre de 1782, la heroica comandante guerrera aymara sufre la sentencia de los opresores que en su texto original copiado del castellano antiguo dice: “A Bartolina Sisa Muger del Ferós Julián Apaza o Tupa Catari, en pena ordinaria de Suplicio, y que sacada del Quartel ala Plaza mayor por su sircunferencia atada ala cola de un Caballo, con una soga de espatro al Cuello, y Plumas, y una Aspa afianzada sobre un Bastón de palo en la mano y a vós de pregonero que publique sea conducida ala Horca, y se ponga pendiente de ella hasta que naturalmente muera; y después se clave su caveza y manos en Picotas con el rótulo correspondiente, y se fijen para el público escarmiento en los lugares de Cruzpata, Alto de San Pedro, y Pampaxasi donde estaba acampada y Precidía sus juntas sediciosas; y fecho sucesivamente después de días se conduzca la caveza a los pueblos de Ayohayo, y Sapahagui de su Domicilio y origen en la Provincia de Sicasica, conla orden para que se queme después de tiempo, y se arrojen las senizas al aire, donde estime convenir”.
Y la sentencia se cumplió. La gran Bartolina Sisa, insobornable comandante en jefa de las fuerzas emancipatorias de las naciones originarias andinas, moría ahorcada no sin antes sufrir una horrenda tortura física y moral, flagelada, violada, azotada, arrastrada a puntapies en un inmenso charco de sangre. Posteriormente fue paseada desnuda montada en un burro, en la plaza colonial de La Paz, hoy “Plaza Murillo”. Desde entonces esta plaza quedó manchada en sus cuatro lados con la sangre de Bartolina Sisa, Gregoria Apaza y de muchos otros que ofrendaron sus vidas junto a ellas por la restitución de las libertades a las naciones originarias.
Ya muerta Bartolina Sisa, y no conforme con ello, sus verdugos descuartizaron su cuerpo y exhibieron su cabeza y sus extremidades en distintos lugares de los ayllus y caminos donde ella resistió con su lucha. Su cabeza fué clavada en la punta de una picota, “para escarmiento de los indios”, decían sus verdugos, y la situaron en Jayujayu-Marka, hoy provincia Aroma del departamento de La Paz. Sus extremidades fueron enviadas a Tinta-Marka, una comunidad situada en la actual república del Perú, donde también fueron exhibidas en sendas picotas.
Estos espeluznantes hechos de brutalidad, barbarie y salvajismo sin nombre, han dejado profundas huellas y cicatrices en nosotros, los hijos de las naciones originarias. Esas cicatrices marcadas por la heroicidad no solo de Bartolina Sisa, sino también de Micaela Bastidas, Gregoria Apaza, Kurusa Llawi, etc., son el genuino reflejo de la verdadera historia de los ayllus de la patria ancestral tawantinsuyana y del mundo indígena del Abya-Yala.
Ya han transcurrido 220 años, y el ejemplo de su lucha pervive hoy grabada en la memoria y corazón de sus hijos y su imagen tatuada en los majestuosos y sempiternos Andes se pasea en el el recuerdo de las milenarias naciones indígenas. Nosotros la recordamos con profundo dolor y tristeza pero no con el espíritu de los vencidos y sumisos, sino con los ánimos fortalecidos, con la frente altiva y con el corazón henchido de entusiasmo convencidos de que una reflexión mesurada, un día no muy lejano nos permitirá retomar el camino emancipatorio frente al actual sistema neoliberal de saqueo y usufructuo indiscriminado.
¡¡¡¡ VENCEDORES DURANTE MILENIOS !!!!
¡¡¡¡ JALLALLA KULLAKA BARTOLINA SISA !!!!
Nota del Autor: Agradecimientos especiales a los hermanos: Juyphi, Pedro Ricardo Tambo, y a los editores de la revista Wiñayqhana en la realización de este trabajo.