Chamame




sábado, 23 de setembro de 2006

“Más allá de la vanguardia, lo importante es lo que se siente”

Entrevista con Chango Spasiuk - diarioHoy.net

Chango Spasiuk Considerado un adelantado del chamamé, Spasiuk resalta un aspecto menos académico de la música. El acordeonista, cuyo último disco fue premiado en Argentina y en Europa, dice que el chamamé está marginado por la fragmentación del país. Esta noche se presenta en 4 e/51 y 53

Cuatro o cinco años atrás, un panfleto promocionaba un recital del Chango Spasiuk en el Teatro del Bosque. Más de un desprevenido fue al lugar sólo porque era gratis. Desde el escenario, una voz suave y melódica se dirigía al público, y una banda tocaba chamamé y polcas, y sonaba contundente, ajustada, liderada por el acordeón que dominaba el carismático rubio de pelo largo. Los que estaban allí lo observaban con la boca abierta de sopresa, ante un espectáculo que generaba mucha emoción.

Es que para el músico, más allá de sus premios, de haber llevado el chamamé por el mundo, de los reconocimientos, “lo importante es lo que se siente”. Y el público parecía captarlo en aquel momento inolvidable que el rubio del acordeón les estaba entregando.

“Debe hacer como cuatro años que no voy a La Plata a tocar”, dice el acordeonista. “Es un lugar con el que me siento conectado”. Hace pocas semanas, estuvo aquí para dar una charla, pero el reencuentro con el público que quiere escuchar su música será hoy a las 21, en el Anexo de Bellas Artes, ex Amia, de 4 entre 51 y 53.

Sucesor de Chamamé crudo (2000), Polcas de mi tierra (1999), La Ponzoña (1996), Bailemos (1992), Contrastes (1990) y Chango Spasiuk (1989), el acordeonista viene de sacar Tarefero de mis pagos, un disco que rescata la figura de los hombres que juntan las hojas con las que se hace la yerba, y que se llevó premios en Argentina (Gardel) y en el mundo (lo reconoció la BBC de Inglaterra).

-¿Aquí vas a presentar Tarefero de mis pagos?

-Sí, vamos a tocar el repertorio de Tarefero, pero hace muchos años que tocamos y tenemos mucha música para hacer de los discos anteriores, es relativo decir que vamos a presentar el último disco. El concierto sí va a tener el concepto sonoro de Tarefero, con contrabajo y los instrumentos que usamos allí. Pero siempre hay un gran margen de improvisación, no me gusta ajustarme estrictamente a la lista de los temas.

-Muchas veces has dicho que el chamamé está subestimado. ¿Quiénes crées que hacen algo para que no lo esté?

-Creo que la marginación del chamamé tiene que ver con que nos relacionamos con la música de la misma forma en que lo hacemos con la sociedad, tenemos una forma muy pobre de comunicarnos, somos un país fragmentado. Nos enteramos si alguien le pega con un martillo a otro... Pero ¿qué es el país? ¿La gente que sigue el fútbol los domingos?. Yo soy músico y me expreso con el chamamé, que es una música riquísima y contrapuntística. Tratamos de generar un espacio, lo que pasa es que hay un gran problema de incomunicación. De todos modos no estoy en situación de decir quién hace algo para que sea o no marginado, nosotros tratamos de generar un espacio.

-¿Por qué te escuchan tanto en otros países?

-Si supiera sería un gran empresario. En mi casa hay una discografía muy amplia, entonces, ¿por qué en la casa de un inglés no va a haber un disco de chamamé? El hecho de tocar afuera no es un capricho para comentarle a mis amigos que viajé, y tampoco se trata solamente de comer.

Considerado por muchos como el Piazzolla de chamamé, el Chango Spasiuk le baja los decibeles a los motes: “Mucho mueble pa’ tu dormitorio”, dijo alguna vez sobre esa calificación.

-¿De qué se nutre tu música?

-Escucho muchas cosas para alimentar a mi música, elegir cosas de diferentes lugares. La música es la herramienta que uno tiene y también el lenguaje, así como es una herramienta el acordeón. De pronto pasa que uno se siente familiar donde nunca antes tocó, y eso excede la vanguardia y las influencias, lo importante es lo que se siente.

Lo dice alguien que puede estar tocando en Nueva York, y días después toma mate con la misma naturalidad en su modesta casa de General Rodríguez, Misiones.
Francisco Palazzo - diarioHoy.net

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